martes, 22 de febrero de 2011

Abismo

Desde aquí, sentada en este abismo, escribo este escrito. Ya no sé si dar media vuelta y volver a mi vida. O simplemente dejarme caer. Tal vez al hacerlo, solucionaría un montón de problemas. Pero me enseñaron que en la vida no siempre se gana, que a pesar de las cosas, hay que seguir hacia adelante, con los brazos bien arriba. No dándole lugar al dolor y la pena. Pero muchas veces, eso se hace muy difícil. Y más cuando te lastiman de esta forma. Decidí quedarme sentada acá por un tiempo, y tal vez las cosas se puedan solucionar, pues todo es cuestión de tiempo, de paciencia. No sé cuanto pueda aguantar estas cosas sin demostrar el dolor que me causan, y fingiendo que está todo bien. A veces las cosas es mejor dejarlas como estan, sin cuestionar mucho al respecto. Tal vez cuanto menos sepa uno, las cosas se hagan más fácil.
Todos vivimos en una gran farsa. Todos vivimos en una gran mentira que día a día crece con unas pocas palabras que cada uno de nosotros formula como si nada pasara, como si no le hicieramos daño a nadie. Todos vivimos en un mundo irracional donde nadie puede razonar cada mentira. Carecemos de la facultad de racionar. Todos creemos que con olvidar las cosas, éstas se solucionan. Pero no es así. Porque olvidar, no se puede. Sólo se finge olvidar, y he aquí otra vez nuestro mundo de farsa. Sólo se deja a un lado ciertas cosas de las cuales no nos queremos acordar.
He llegado a la conclusión de que no quiero ser parte de ese mundo. Quiero vivir en mi mundo imaginario donde nadie sea lastimado, donde todo sea verdad, aunque eso sea imposible porque muchas veces la verdad duele. Pero prefiero la verdad antes que la mentira que suele lastimar mucho más. Decidí formar mi propio mundo donde pueda vivir mi vida y poder decidir mis acciones. Quiero vivir a mi manera, no depender de nadie. Ser feliz por lo que soy. Y si en algun momento tengo las de perder, sólo tendré que saltar y dejarme llevar. Tal vez he dicho que no debemos bajar los brazos. Pero a veces, lo mejor, es esa situación en la que uno se siente solo, devastado, con sus brazos por el suelo. Muchas veces el dolor es la mejor solución. Ese dolor el cual nadie debe compartir. El cual nadie debe recurrir a él sino es una caso de necesidad. Un dolor que debemos compartir en soledad.
Desde este lugar inhóspito escribo este escrito. Espero que alguien lo pueda leer antes de que sea demasiado tarde y haya cometido la locura de encerrarme en mi propio mundo sin dejar entrar a nadie.

SB

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