sábado, 27 de julio de 2013

Sentimientos bajo llave

Hoy abrí mi cajón de sentimientos. Algunos se preguntarán que hago con un cajón de sentimientos, si no hay que guardarlos, sino expresarlos, liberarlos. Mi respuesta es sencilla. Uno a veces no puede expresar lo que siente, ya sea porque no debe, o simplemente no tiene palabras o gestos para demostrarlos. Por ese motivo es que mi cajón esta lleno de pensamientos, sentimientos, enojos, alegrías, lágrimas. Muchos ya se deshicieron, se desintegraron, dejándole ese lugar a otros nuevos.
Es por eso que abro mi cajón y mediante estas palabras me libero de todo esto que llevo dentro guardándolas en él.
Tal vez no logren entender que se siente tener que guardarse todo dentro de uno, sin poder gritarle al mundo lo mucho que te quiero. Esa horrible opresión en el pecho. Me encantaría decirle al mundo cuánto te admiro por el valor que tienes de seguir adelante, de luchar todos los días, de vivir la vida con una sonrisa. Las lágrimas que derrame por contener tantas palabras que no puedo decirte. Las risas que deje escapar, encerrada en mi pieza, recordando momentos vividos junto a vos. O esa estúpida sonrisa que se dibuja en mi rostro cada vez que hablo con vos. Eres una persona increíble. Sólo tienes que dejar de preocuparte por el que dirán y el futuro y comenzar a vivir la vida con pasión, seguir a tu corazón y vivir el hoy. Cada vez que pienso en vos, un nudito se ata en mi panza. Esa sensación de angustia, de tristeza, de desconsuelo, por no poder expresarte todo lo que siento, por no poder decirte todo lo que cruza por mi mente. Esas ganas de ir corriendo hasta tu casa y darte un abrazo de esos que te demuestran que estoy con vos, cuando lo necesites.
Hoy, la mayor parte de mi cajón, la ocupan palabras que no puedo decirte. Es tan grande el cariño que siento por ti que no sé como expresarlo. Pero también sé que no debo decirtelo. Es por eso que prefiero guardar ese afecto en mi cajón. Con una lágrima hago girar la llave y lo guardo. 

SB*

lunes, 20 de mayo de 2013

En el silencio.


¿Cómo evitar lo que siento? ¿Cómo evitar gritarle al mundo lo que eres para mí? Uno siempre dice que no va a volver a tropezar con la misma piedra. Pero uno, a veces, se puede equivocar. Suelo pensar que me gusta sufrir, que no logro aprender las lecciones de vida por las cuales voy pasando. Hasta he llegado a pensar que me gusta tropezar con la misma piedra, y que estoy enamorada de ella. Me dije a mi misma “no volverá a ocurrir”, y allí me vi, tendida de nuevo en el suelo, intentando disimular mi caída. Uno se cree muy fuerte, capacitado para eludir los errores, hasta que se da cuenta de que no lo es. Es ahí donde chocamos con la realidad de lo que en verdad somos, de lo que en verdad sentimos.
Ya nada volverá a ser lo mismo, ya nada volverá a ser como antes. Ya eres parte de mi vida, ya no hay vuelta atrás. Siempre serás parte de ella, ya sea como un triste pasado, como un alegre presente, o como un incierto futuro. Ya no hay forma de que salgas. Y tampoco quiero que lo hagas. A pesar del poco tiempo que nos separa desde el día en que nos conocimos, aprendí a valorarte y quererte tal y como eres, con tus locuras, tus caprichos, tus planteos, tus defectos, tus virtudes. Pude encontrar en vos, a una persona que me estaba haciendo falta. Alguien con quien poder hablar horas y horas, olvidándome de los problemas cotidianos. Alguien que supo escucharme sin importarle la hora que sea y el motivo por el cual le hable. Alguien que supo aconsejarme en todo momento. Alguien que me brindo toda su confianza. Alguien que se mostró tal cual era, que fue transparente como un cristal y sincero como un niño. Alguien con quien poder reír sin motivo. Alguien con el cual me sentía cómoda. Alguien que me hizo sentir como una mujer. Alguien que me trata con cariño, con ternura. Alguien que me respeta ante todas las cosas. Alguien que me valora por lo que soy como persona. Alguien con el cual disfruto mí tiempo a su lado, como si fueran los últimos segundos de vida. Alguien que sé que no me va a fallar, que siempre va a estar, tanto en los buenos, como en los malos momentos. Alguien a quien me dolería perder. Alguien con el cual me gustaría compartir el resto de mis años, sin importar el tipo de relación. Alguien al cual nunca, pase lo que pase, voy a olvidar.
Aunque todos estos sentimientos queden en el silencio, en aquel rincón, quería que aunque sea vos, supieras que existen.
SB

sábado, 18 de mayo de 2013

Ya no

No quiero ser otra más en tu larga lista de personas a las cuales decís querer. Quiero ser aquella persona, que llene tus vacíos y complazca tus gustos, pero no cuando vos quieras. No cuando las demás personas te hayan dicho que no. Sino que quiero hacerlo en todo momento. No soy un trapo de piso, que limpia derrames de los demás. No soy marioneta de nadie. No soy muñeca de madera. Tengo sentimientos, tengo un corazón. Uno que ya has roto más de una vez, y aún así te sigue perdonando, te sigue queriendo como sí nada malo hubieras hecho. Sabes que siempre voy a estar cuando me llames. Pero hoy, me cansé, dije basta. Ya no más salir corriendo a buscarte. No me digas que me queres, demostrámelo. No me digas que te importo, demostrámelo. Me siento usada. Duele sentir eso de una persona a la cual aprecias. Me decís que no es así, pero las actitudes demuestran que si. ¿Cómo pensar distinto ante situaciones que muestran lo contrario? Espero que no sea tarde cuando te des cuenta de las cosas. No me gustaría perderte. Me dolería. A veces solemos cegarnos, sin mirar más allá de la fantasía. No logramos ver la realidad. Es difícil cuando amas a la persona que te hace daño. Preferimos el dolor, el sufrimiento, a aceptar que nos lastima. Muchas veces el amor es más fuerte. Nos hace estúpidos. Nos hace ver realidades distorsionadas. Vivimos en un mundo de fantasía, hasta que de golpe chocamos con la cruda verdad. Y ahí es donde más nos duele, saber que estuvimos viviendo en una gran mentira. Ya no quiero sufrir por algo que quiero. No nací para eso. Me enseñaron que lo que queremos, SIEMPRE nos hace bien.

SB

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Lucha por lo que quieres

Lucha por lo quieres. Eso me dijeron una vez. Y eso es lo que trato de hacer día a día. Lucho por las cosas que quiero. A veces, esa lucha resulta simple, pero otras no. Luchar contra la familia no es fácil. Yo lucho y doy todo por ti, sin importar las consecuencias que eso puede traer. ¿Por qué lo hago? Simple. Lo hago porque el amor no puede mover montañas, pero si puede acortar largas distancias. Y eso es lo que siento por ti, amor. ¿Y por qué te amo? Otra simple respuesta. Porque me haces la persona más feliz de todas. Por ti, me despierto con una sonrisa todos los días. Porque quiero pasar el resto de mis días junto a ti. Por la persona que soy cuando estoy contigo. Porque me das todo a cambio de nada. Porque los pocos minutos que paso junto a ti, son los más lindos, y no los cambio por nada, sólo por más minutos como esos. Y siento que vos también lo sentis, porque a cada instante me lo demostras. ¿Qué me hace sentir eso? La forma en que me miras. La forma en que me besas. La forma en que me abrazas. Cada palabra que me dices. Las veces que me dices "te amo". Cuando me dices "te extraño". Como me sonries. Cada cosa que hace, me hace saber cuánto me amas.
Luchamos tanto por este amor, que no hay razón para bajar los brazos. Enfrentamos a tantas personas, a tantos rumores. Después de tanto esfuerzo, logramos lo que queríamos. O tal vez, no era lo que queríamos, pero sucedió. Y hoy damos gracias de que haya sucedido. Porque gracias a eso, hoy somos muy felices, así como estamos. No digo que todo es perfecto, pero es hermoso así. Porque a pesar de la distancia, a pesar de las peleas, a pesar de extrañar.. somos muy felices.

Lucha y sé paciente..



SB

domingo, 11 de marzo de 2012

...Juntas a la par...

Hoy decidí escribirte a vos porque siempre estuviste cuando más te necesite. A veces, cuando tenía un problema, no quería hablar con nadie, porque creía que nadie me entendía, que nadie sabía aconsejarme. Pero justo en ese momento veía tu nombre en la pantalla y algo se iluminaba dentro mio. Sabía que podía contar con una amiga. Con alguien que me iba a entender, que ibas a saber que me pasaba, porque me conoces mejor que yo misma. A pesar de la distancia, eres una de las pocas personas que logra entender mi sonrisa. Sabes que no siempre es de alegría y sabes diferenciar cuando lo es, y cuando no.
Estamos a cientos de kilometros, pero cuando hablo con vos, siento que estás a mi lado. Cuando te cuento un problema, siento que me abrazas. Cuando estoy triste, siento que me sonreis. Cuando me siento sola, siento que tomás mi mano. Eres parte de mi vida. Me entiendes mejor que nadie, me escuchas mejor que nadie. Hoy llegaste a ser algo muy importante en mis días. Sos mi gran psicológa, mi gran consejera, mi gran maestra. Podemos pasar horas y horas hablando de la nada misma, pero sentimos que no estamos mal gastando nuestro tiempo, porque sabemos valorar esas conversaciones que nos despejan de los problemas y nos hacen sentir mejor. Pero cuando necesitamos un poco de seriedad, sabes como manejar la situación.
Haces que saque lo mejor de mic Cuando estoy con vos soy mi parte feliz, soy aquella que no tiene problemas y que le sonrie a la vida  porque la disfruta. A pesar de todo, tenemos muy lindos momentos compartidos. Momentos que no olvidaré nunca. Momentos en los que fui muy feliz. Días enteros sin poder dejar de reir. Haces que llore, pero de carcajadas.
Eres una persona sensacional, a la cual nunca cambiaría ni por todo el oro del mundo, ni por nada ni por nadie. No sé como decirte el gran cariño que te tengo, nunca fui buena con eso.Te valoro muchisimo. Gracias por ser parte de todo esto. Gracias por aparecer en mi vida. Gracias por compartirme tu loca vida y hacer que la mia lo fuera un poco más. Simplemente gracias por existir, y estar a mi lado.

 Ellos siempre van a estar ahí para nosotros. Siempre van a ser parte de nuestras vidas. Nunca sabremos como funciona la amistad. Sólo sabemos que nos da los resultados que esperamos. Es complicado saber cuando una amistad es verdadera, pero sabremos, con el tiempo y con las acciones, cuando lo es.


SB

sábado, 13 de agosto de 2011

Sonrisa triste

En mi rostro se dibuja una sonrisa.Pero, ¿por qué en tiempos difíciles siempre tengo una sonrisa? La respuesta es sencilla: seguir. A pesar de los problemas, uno siempre debe mirar adelante, mirar a un posible futuro. Tal vez no lo sabías, pero una simple sonrisa nos hace más fuertes, nos hace capaces de poder seguir. Algo tan simple como una sonrisa, puede salvar vidas. Uno nunca lo piensa de esa forma, sólo se limita a decir "ese chico está sonriendo, debe ser feliz". Pero, ¿alguna vez le preguntaste a ese chico por qué sonreia? O muchas veces nos preguntamos, cuando vemos un chico en la calle, sin ropa, casi desnutrido, sonriendo, ¿por qué es feliz ese chico? A veces no sólo las cosas materiales nos dan felicidad, a veces los que menos tienen, son más felices que los que más tienen. Tal vez aquel chico que vimos en la calle, que no puede comer un asado o salir a bailar, pero tiene una familia, amigos y un pedazo de pan, le alcanza para poder ser feliz. Y sabés ¿por qué? Porque él no conoció lo que es el gusto de la carne o divertirse en un pub. Pero si conoce lo que es la amistad y lo que es el amor. Cuanto más cosas tiene uno, más cosas quiere y le dejamos de dar el valor que merecen las simples cosas que tenemos. Las dejamos a un lado, las olvidamos. Y son esas simples cosas, las que nos hacen felices. Alguno dirá "mirá que no voy a saber lo que es la amistad, si tengo miles de amigos". Pero la amistad no se basa en tener miles de amigos, sino en tener unos pocos que nos sean fieles, y esten cuando uno los necesita. Otros dirán "mira que no voy a saber lo que es el amor, si amo un montón de cosas". Pero el amor es más que el amar una cosa. El amor es poder y saber amar a alguien. Poder amar a nuestra familia o a nuestros amigos. O tal vez aquel chico sólo sonreía, para ocultar la tristeza que lo invade por dentro.
Una sonrisa puede tener muchos significados. Pero solemos darle uno solo. Puede significar tristeza también. No hay dejarse llevar por lo que se ve y arriesgarse a más. Animarse a preguntarle a aquella persona que sonríe de oreja a oreja, por qué sonríe. Si sonríe de felicidad, lo vamos a hacer sentir mejor contándonos que es lo que lo hace tan feliz. Si sonríe de tristeza, se va a poder desahogar contándonos que es lo que lo hace tan triste.
Hay que animarse a sonreir. Hay que animarse a querer seguir. Hay que animarse a más, no limitarse a lo que se ve. Una sonrisa nuestra puede ayudar a alguien que se siente triste, a que este mejor. Y si eso no basta, deberíamos buscar la forma de hacerlo sonreir, tratar de sacarle una sonrisa. Aún en tiempos difíciles uno tiende a sonreir. Nunca se debe dejar de hacerlo.

SB

martes, 2 de agosto de 2011

Perdón y Gracias

No sé que le hiciste a mi corazón, pero con tan sólo una sonrisa cambiaste mi vida entera. Me ayudaste a levantarme cuando estaba mal herida y creía que ya nada valía la pena. No nos habíamos visto, ni nos habíamos tocado y ya sentía que algo dentro mio iba cambiando. Algo estaba pasando en el lado izquierdo de mi cuerpo. Cuando por fin llegó el día de vernos, una extraña sensación invadió mi ser cuando te vi bajar del tren, y vi tu figura, ahí parada en el andén. Te vi caminar hacía mí. No sabía como reaccionar. No sabía si salir corriendo en sentido contrario, o salir corriendo a abrazarte. Después de tanto esperar, allí estabas, junto al tren, esperando por mí. Desde ese día nada volvería a ser lo mismo en mi vida. Las horas pasaron y cuando la situación se dio, nuestros cuerpos se entrelazaron y nuestros labios se encontraron con un dulce y tierno beso. Fue en ese preciso momento que comprobe que lo que sentía era de verdad, que no era un sueño, que no era pasajero. Los días pasaron y llegó el día de tu partida. Ver tu cara del otro lado del vidrio. Yo parada en la estación, contemplandote. Pusiste tu mano en el vidrio. Yo puse la mía. Y luego de unos segundos, la campana sonó, y de a poco, fuiste desapareciendo en el horizonte. Sabía que te volvería a ver, pero no sabía cuando.
Y así fue durante meses. Vernos bajar del tren sonriendo. Yendonos con los ojos llenos de lágrimas. Supimos superar ese obstáculo. Con el paso del tiempo te amaba cada vez más. Llegaste a ser parte de mi vida. Fuiste, lo más importante que tenía. Por ti vivía. Compartimos muchas cosas. Muchos recuerdos que hoy siguen vivos en mi. Regalos y fotos que hoy cuelgan de alguna repisa en mi habitación.
Pero un día algo cambio. Alguien engaño a mi corazón y lo hizo sentir cosas que no debía. Y así, como una estúpida, fue que te deje partir. Sin darme cuenta de lo que eras para mí en realidad, sin darme cuenta de cuánto me amabas, te deje ir. Te lastimé. Te hice llorar por días. Eso nunca me lo voy a perdonar. Fui tan estúpida. Comprobé que el dicho que dice "uno nunca valora lo que tiene, hasta que lo pierde", es verdad. No valoré tu presencia. Hoy lo estoy pagando. Lo sé. Todo lo que me pasa es por eso. De a poco la vida me va haciendo entender lo mal que estuve. Me esta haciendo vivir, lo que vos pasaste. Aunque creo que no es suficiente. Tal vez me merezca algo más que esto.
Cuando logré darme cuenta de las cosas, de que tenías razón cuando me decías que lo que sentía en esos momentos era pasajero, ya era tarde. Como casi siempre que nos damos cuenta de que estamos mal. Quise recuperarte, pero ya tenías otro amor. Un día pensé que podía llegar a vos, y volver a unirnos, pero me equivoqué. Sólo fue aquel beso de despedida que nunca habíamos tenido. Y así fue que todo terminó.
Cuando llegué a mi casa mil imágenes se cruzaron por mi mente. La estación. El tren. Los besos. Los abrazos. Los regalos. Momentos vividos. Viajes. Peleas. Llantos. Risas. Todo cruzó en un segundo. Fue un gran pantallazo de todo lo vivido con vos. De todo lo que había perdido. De todo lo que en verdad eras para mi.
Hoy ya no tengo a mi lado, pero puedo decir que me conformo con ser tu compañera, tu amiga, tu consejera, o la que simplemente te escucha. Te agradezco que a pesar de todo lo que te hice, supiste perdonarme. No pretendo que me entiendas, pero con tu perdón me basta. Perdón y Gracias.